viernes, 30 de agosto de 2013

Sobre el amor propio

El amor comienza en uno mismo y se expande hacia los demás en la medida que este va creciendo.


La felicidad radica en comprender la naturaleza humana, dentro de su perfección está la imperfección, la imposibilidad de polos, sino de puntos intermedios que lo exponen a una situación de constante lucha por el punto máximo de la existencia. Este punto no siempre es claro y por eso no todos somos felices y algunos viven en un estado que crece en emulación de aquello que nos complace. Ser optimistas, a pesar de nuestras equivocaciones o aciertos, resume el sentir de la felicidad.

Sobre el amor humano, nosotros somos seres que coexistimos en una sociedad de iguales y el amor pleno es la coexistencia con otras personas. Uno puede limitarse a amarse a uno mismo pero encontrará en esa tranquilidad que algo faltará, pues los humanos necesitamos y tenemos la capacidad de romper lo estable, buscando amar cada vez con mayor intensidad. Para ello, no bastará con nosotros mismos, sino que será necesario compartir el amor con nuestros semejantes.

Sobre el amor de pareja, el ser humano podría amar algún objeto, causa o incluso animal, pero el amor por uno mismo solo puede compartirse con un ser de similares capacidades y que tenga la posibilidad de devolver, de forma recíproca, el amor que se entregue.

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