El amor propio parte de una simbiosis con uno mismo. Somos dos en uno solo, dado que el amor es un dar siendo altruístas, aunque sin recibir nada a cambio resulta un desgaste que nos conlleva al vacío.
Para amar a otro ser, pues es necesario transportar esos sentimientos por uno mismo hacia el otro, sin olvidar el propio.
Es amar, querer entender, querer comprender, aspirar a ser uno solo. Por eso considero que no hay profesión más cercana a comprender y entrenar el amor humano que la actuación. Aprendes a hacer tuyo cada personaje al que te enfrentas, conoces facetas ajenas a uno mismo y lo más importante aprendes a amarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario